Recuerden que en esta serie de revisión de cada capítulo hablamos con spoilers. Si están de acuerdo, quédense, sino lo mejor seguramente sería que vean la serie y luego revisiten esta nota.
“No me eches la culpa cuando no la tengo”
Este capítulo está dirigido por el británico Peter Hoar, que tiene muy buena relación con este hermoso mundo friki, ya que dirigió algunos episodios de Daredevil, The Umbrella Academy, Doctor Who, Iron Fist, Runaways, Cloak & Dagger y The Defenders.
El capítulo comienza con la presentación y tiene una duración de una hora y cuarto, bastante más a comparación del episodio anterior y poquitito menos que el primero.
En este capítulo vemos a Joel y Elli ya siguiendo su camino, rápidamente dejando atrás lo sucedido con Tess (al menos por ahora) y tratando de entablar una mejor relación, cada quien a su manera.
Ambos están internados en un bosque, cerca de Boston, camino a lo de Bill y Frank. Rápidamente tienen una conversación en la que Joel pensó que Ellie iba a dedicarle unas palabras de disculpas por lo sucedido con Tess, pero ella lo sorprende diciéndole que nadie los obligó a llevarlos, que fue decisión de ellos debido a las necesidades de cada parte y le pide que no le eche la culpa por algo que no fue culpa suya. A lo que Joel la queda mirando y asiente con la cabeza.
Siguen su camino atravesando la vegetación, Ellie lo ve muy atento a sus alrededores por lo que le pregunta si no hay infectados por esos lugares, pero él le confirma que su preocupación son las personas.
Granjas Cumberland
Llegan finalmente a un almacén abandonado donde Joel le dice que guardaron algunas provisiones. Dentro del lugar, Ellie encuentra una máquina de arcade de Mortal Kombat 2 y se entusiasma mucho contándole que tiene un amigo que jugaba y sobre el personaje de Mileena.
Mientras Joel busca lo que guardó, Ellie da una vuelta por el lugar. Baja a un sótano donde encuentra una caja de tampones y la toma. Escucha un sonido de infectado y se alerta, se acerca a un lugar oscuro de la habitación y observa a uno aplastado por escombros pero aún vivo. Saca su cuchillo y lo corta para ver cómo supura, luego lo mata.
Siguen su camino por una carretera y ven un avión estrellado, Elli le hace algunas preguntas (como nos tiene acostumbrados) y siguen.
Como se habrán dado cuenta, este capítulo no tiene cold opening, por lo que no nos han dado más datos sobre cómo colapsó el mundo, pero esto es magistralmente resuelto en el guión por Ellie, que comienza a preguntarle si todo se vino abajo en un día, ya que en la escuela de FEDRA no le enseñaron cómo el gobierno no pudo impedir una pandemia.
Joel le cuenta que lo más probable es que el Cordyceps mutó. Invadió la harina o el azúcar, los derivados como el pan, cereales, hace una pequeña pausa y continúa: mezcla de panqueques, de las marcas que se venden en todo el mundo llegaron a las góndolas un jueves, la gente los compró y los consumió, comenzó a sentirse mal, comenzó a morder la noche del viernes 26 de septiembre de 2003. Para el lunes no quedó nada.
Si volvemos al primer capítulo, nos acordamos que Sarah, su hija, apenas Joel despierta busca la mezcla para panqueques en la alacena, que según ella iba a ser el desayuno de cumpleaños que quería hacerle. Gran detalle de parte de Craig Mazin en recordarle a Joel su dolor.
“Los muertos no se infectan”
En ese momento Joel trata de persuadir a Ellie de tomar otro camino ya que más adelante hay cosas que no debería ver. Ellie, como era de esperarse, no le hace caso y sigue. Se encuentra con una fosa donde yacen muchos huesos de lo que solían ser personas no infectadas, según le explica él, ya que los militares en el momento de la infección si había lugar en las zonas de cuarentena llevaban a la gente, y sino, la ejecutaba ya que “los muertos no se infectan” (sic). Acá el capítulo da un giro narrativo, ya que a través de unos pedazos de ropa que hay tirados en esa fosa pasa a una escena ubicada en 2003.
Tomar las cosas con calma
Acá se nos presenta a Bill, un preparacionista (personas que se preparan para una catástrofe global como el fin del mundo) hosco y huraño que se esconde de los militares para no ser enviado a una zona de cuarentena. Cuando estos se van, Bill comienza a recolectar provisiones como gasolina y comida y restaura los servicios de gas y electricidad en el pequeño pueblo donde se encuentra.
Pasan cuatro años, el lugar está cercado y con trampas para evitar no solo a los infectados sino también a las personas. Es alertado por una de sus trampas, en la cual no cayó un infectado sino una persona: Frank. Este le explica que no está infectado, que viene de una zona de cuarentena que cayó, se dirige a Boston y tiene hambre. Bill accede a ofrecerle un plato de comida y comen en una mesa cada quien en una punta. Antes de irse, Frank le pide tocar el piano y encuentra un libro de partituras de Lidia Ronstdant e intenta tocar una canción. Bill lo interrumpe y se sienta a interpretarla él. En ese momento se besan y Frank le pide que se dé una ducha. Él lo espera en la cama y finalmente cómo Bill no tiene experiencia Frank le promete que irá despacio.
Transcurren ahora tres años y ambos ya establecidos como pareja discuten sobre lo lúgubre que se ve el lugar, Frank le pide que le consiga pinturas para poder arreglar el lugar ya que ha invitado a dos personas con quienes ha hablado por radio: se trata de Tess y Joel.
Durante la comida se ponen de acuerdo para intercambiar cosas, aunque Bill es bastante escéptico Joel lo alerta con los problemas que podría tener en un tiempo con las rejas del lugar. Tras tres años colaborando, Bill se emociona cuando Frank le muestra un huerto con frutillas, ya que cambió un arma por semillas.
Sucede finalmente que una noche de tormenta un grupo de personas intenta meterse en la fortaleza de Bill y este es herido mientras la defiende. Bill piensa que es su último momento con vida pero Frank lo ayuda y sale adelante.
“Estoy satisfecho. Y tú eras mi propósito”
Transcurren finalmente diez años y Bill y Frank están más viejos. Frank enferma y pasa sus días en silla de ruedas, pintando, mientras que Bill se ocupa del lugar y de él. Finalmente un día Frank le transmite sus deseos finales a Bill: quiere morir con un cóctel de fármacos. Pero antes le pide tener un día distinto, sin pensar en ello, se casan y tienen una tranquila cena hasta que finalmente Bill sirve el vino, coloca el cóctel en la copa de Frank y este se la toma. En ese momento Frank se da cuenta y le pregunta a Bill si ya había colocado el cóctel anteriormente. Este le confirma que la botella ya tenía, por lo que ambos se van a la habitación juntos y mueren apaciblemente.
Toma todo lo que necesites
Joel y Ellie llegan a la casa y encuentran todo tranquilo y en silencio. Ellie encuentra una carta dirigida a Joel, de Bill, donde le explica lo sucedido y le pide que se lleve todo lo que necesite y que proteja a Tess. En ese momento Ellie no puede terminar de leer la carta por lo ocurrido con Tess y Joel se la quita y se va afuera a leerla solo. Una vez vuelve adentro encuentra la camioneta y todo tipo de provisiones. Joel pone a cargar la batería y carga provisiones mientras Ellie se ducha. Finalmente Ellie logra encontrar un arma (ya que en repetidas ocasiones ella le pide a Joel pero él no accede) y la guarda en su mochila. Ambos se suben a la camioneta y se van escuchando la misma canción con la que se conocieron Frank y Bill. La última escena muestra un plano desde la ventana de la habitación en la que se encuentran Bill y Frank que recuerda a la famosa portada del menú del videojuego.
Análisis
Realmente The Last of Us está siendo una serie que quiere romper con todo lo preconcebido en los anteriores mundos apocalípticos en la pantalla grande o de televisión. Este capítulo lo demuestra, ya que el entero desarrollo que tienen Bill, interpretado por Nick Offerman (21 Jump Street, We’re the Millers y Devs entre muchas otras cosas) y Frank, interpretado por Murray Bartlett (The White Lotus, Welcome to Chippendales, Iron Fist) en el juego se resume a una carta y una corta escena donde no deja lugar a la imaginación.
Es un capítulo que desafía a los radicales fanáticos del juego. Propone un nuevo desarrollo para estos personajes, sobre todo para Frank y acrescenta la personalidad de Bill. Algo en contraposición del juego, es que al final del capítulo Ellie se maravilla al subirse por primera vez a un vehículo, “es una nave espacial”, dice mientras toca todo lo que encuentra dentro. Sin embargo en el juego no solo ya se había subido anteriormente a un vehículo, sino que sabe manejar y es quien lo hace mientras Joel y Bill empujan la camioneta y luchan contra los infectados.
Desde el inicio vemos delicadezas que el director dejó desperdigadas, como el detalle de la mezcla de panqueques que menciona Joel cuando le explica a Ellie cómo el mundo colapsó, o detalles como la distancia que mantienen en la primera comida Bill y Frank que se achica enormemente en la última cena juntos. Detalles como la manera de recrear a la perfección esa primera comida hasta en el momento de servir el plato que tiene Bill o la remera que viste Ellie después de bañarse que es la misma que viste en el juego. Todas estas decisiones del director han sido acertadas ya que aportan en lo narrativo el toque más grande de humanidad que se puede tener: los detalles.
Finalmente se nos revela el misterio del final del primer capítulo: la música de los 80 sonando en la radio, no fue más que la consecuencia de la decisión que tomaron Bill y Frank ya que si Bill no reseteaba una cuenta regresiva en una computadora cada algunas semanas, sonaba una lista con música de los años 80. En definitiva nos queda claro que no eran problemas lo que estos quisieron comunicar en el primer capítulo aunque la ambigüedad es igualmente latente.
El drama se apodera de la serie, centrándose en las relaciones humanas y dejando en segundo plano los infectados. Y es algo que ocurre con magistralidad ya que este capítulo lo demuestra: contar la historia de amor entre dos personas que creen en el libre albedrío, que no tienen problema en ocultar sus deseos y sentimientos desde un principio y que finalizan de la manera en que vivieron: libres pero juntos.
Este capítulo está tan bien escrito y desarrollado que las escenas de acción no nos interesan, solo queremos ver cómo se relacionan y expresan estos dos personajes enamorados en un mundo hostil, sin esperanzas. Llegando al punto de tener que soltar una lágrima.
No hay dudas de que The Last of Us quiere seguir impresionándonos, por eso dejamos el trailer del próximo capítulo, donde Joel y Ellie se enfrentan finalmente al verdadero peligro del mundo exterior: los seres humanos, y donde se introduce el personaje de Melanie Lynskey como Kathleen.