102 años Piantao, Astor Piazzolla y el tango del futuro

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Por: Hugo Canal Bialy
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Astor Pantaleón Piazzolla, nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921, con su instrumento el bandoneón tocando de parado, interpelando al mundo y al pacato establishment tanguero que todavía sigue discutiendo si su música es o no tango, su estatua desafía a la moralina posmoderna del más allá, que lo recuerda en la plaza Colón frente al Casino de "la Feliz".

Basta con pararse en Callao y Corrientes, conectarse los auriculares y poner "Triunfal" (o cualquier melodía piazzolliana), y empezar a caminar observando los autos pasar, la gente apurada, los cafés y los porteños y uno podrá impregnarse en el cuerpo y en el alma de la música de Piazzolla, que es la banda de sonido de Buenos Aires, el sentir de "la Reina del Plata", y aún quienes sostenían que lo suyo no era tango, probablemente no podrán negar la sintonía de esos acordes con la vida urbana de Baires.

Cuando Maradona jugó su memorable partido contra los ingleses en el Mundial '86, en París lo vieron Osvaldo Soriano, con Jairo y Piazzolla. Con el cantor cordobés entablaron una amistad, Jairo le grabó "Milonga del trovador", cuando estaba internado en terapia y Jairo lo visitaba, le cantaba despacito: "Vamos a la distancia sí, que soy el trovador, si la distancia llama yo jamás veré ponerse el sol; mi casa es donde canto porque aprendí a escuchar la voz de Dios que afina en cualquier lugar" y el músico reconociendo a su amigo y la canción, movía los dedos haciendo la percusión del tema.

El 4 de julio de 1992, murió a los 71 años después de estar internado durante dos años en un sanatorio en Buenos Aires, tras un derrame cerebral que sufrió en París. Mientras el compositor dejaba este mundo, en un teatro en La Plata, Cacho Tirao, guitarrista y arreglador que había integrado la orquesta de Astor, estaba brindando un concierto e invitó a cantar al escenario a Amelita Baltar "Los pájaros perdidos", justo en el momento que Astor se iba a la eternidad, su segunda pareja y uno de sus músicos lo despedían, con estos versos: "Amo los pájaros perdidos, que vuelven desde el más allá a confundirse con un cielo que nunca más podré recuperar". Sus restos fueron inhumados y descansan en el cementerio Jardín de Paz en la localidad de Pilar.

Nueva York y Gardel

Cuando Astor era un niño, sus padres fueron a probar suerte y a buscar mejores condiciones laborales a Nueva York, allí el pequeño integrante de la familia italiana empezó a tocar la armónica, hasta que su padre le regaló un bandoneón que compró con mucho esfuerzo en una casa de empeños. Años más tarde tomando clases de composición musical con la profesora Nadia Boulanger, el joven Piazzolla sacaba sus primeras creaciones al piano, y a la maestra de solfeo, no le sonaba convincente lo que escuchaba, hasta que un día le pidió que ese pentagrama lo interprete, pero con el bandoneón, fue tal la fuerza y convicción que demostró el alumno, que lo sentenció: "Su instrumento es el bandoneón", a partir de ese momento no se separó más del fuelle.

Volviendo a la infancia en la Little Italy neoyorquina, Vicente su padre había tallado una artesanía en madera, con un gaucho tocando el bandoneón, con la leyenda: "Al gran cantante argentino Carlos Gardel, Vicente Piazzolla". Se lo entregó a su hijo, con instrucciones para que le diera la escultura al "Zorzal criollo", le contara que tocaba el bandoneón y lo invitara a comer pastas a su casa. De esa reunión, "El Morocho del Abasto", quedó encantado con el niño y lo invitó a participar como actor en una película que estaba filmando para la Paramount "El día que me quieras", en la que Astor interpretó a un canillita. Gardel lo convocó al incipiente bandoneonista, a sumarse a la gira vía telegrama, pero su padre no le permitió ir por ser menor de edad con 14 años, esa prohibición paterna lo salvó de integrar el vuelo que el 24 de junio de 1935 en un fatal accidente en Medellín, perdieran la vida Carlos Gardel y sus músicos. Ya consagrado Piazzolla siempre tuvo en carpeta escribir una opera dedicada a Gardel, que nunca llegó a concluir.


Una vida entre tangos, jazz, música clásica y milongas

Para insertarse en el difícil mundo de las orquestas de tango, Piazzolla integró la orquesta de Aníbal Troilo, quien fue su mentor en la música ciudadana, entre chistes y entusiasmo tocaban en cabarets y clubes en la década del '40, y el joven músico se nutrió de la escena porteña escuchando otras formaciones, como la orquesta de Osvaldo Pugliese. Le decían "El gato", y "Pichuco" solía retarlo porque Astor en medio de los conciertos improvisaba, marcando su estilo renovador, le decía: "Gato las parejas vienen para bailar, no para escucharnos tocar".

Con la tristeza que le produjo la muerte de su maestro, compuso "Suite Troileana". Otra muerte que lo marcó fue la de Vicente su padre, quedó sumido en la más profunda tristeza, se fue solo al departamento, se sirvió whisky y compuso su obra más famosa "Adiós nonino", que sonó en el casamiento de la Princesa Máxima en Holanda, en reemplazo del "Ave María" tradicional, y se convirtió en un himno musical y en una carta de presentación.

De sus formaciones las más duraderas y famosas fueron el Octeto (Enrique Francini, y Horacio Baralis en violines, Roberto Pansera y el propio Piazzolla en bandoneones, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica, toda una novedad en el género, José Bragato en violoncelo y Aldo Nicolini en contrabajo, Pansera y Nicolini, después fueron reemplazados por Leopoldo Federico y Juan Vasallo) y el Quinteto (Jaime Gosis en piano, Simón Bajour  en violín, Kicho Díaz en contrabajo, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica y Piazzolla en bandoneón).

Su acercamiento al jazz como expresión de fusión con el tango, tuvo su reunión cumbre con el vibrafonista Gary Burton, con quien compartió gira y grabaron disco. La ejecución del chelista Yo-Yo Ma (con prácticamente los mismos músicos de Burton), grabó "Soul of the tango", que es uno de los mejores discos de música de Piazzolla sin Piazzolla. Horacio Malvicino, con su guitarra eléctrica, fue uno de los ejecutantes que mejor comprendió la filosofía musical de Astor, integró el Octeto, el Quinteto (la formación en la que más cómodo se sintió el renovador del tango), el Conjunto electrónico y su último grupo, el Sexteto. Otro de sus músicos, Oscar López Ruiz, en el libro: "Piazzolla Loco loco loco: 25 años de laburo y jodas viviendo con un genio", recuerda en una ocasión en Río, en la Barra de Tijuca el día del cumpleaños de Vinicius de Moraes "Astor me instó a acompañarlo para saludar al artista carioca. Al llegar nos recibió la esposa, que era argentina y nos dijo que Vinicius estaba en la bañera, pero que pasaran igual, que el músico brasileño pasaba 6 o 7 horas en la bañadera escribiendo. Cuando los vio, en perfecto castellano los saludó: 'hijos de puta, que maravilla, pasen'. Estaba confortablemente metido en el agua, que mantenía templada mediante un calentador eléctrico, con una tabla que atravesaba los bordes, sirviéndole de escritorio para crear con sus papeles, la máquina de escribir y la botella  de whisky. Astor se sentó en el inodoro, yo en bidet, y como si tres tipos adentro de un baño fuera la cosa más normal del mundo, empezaron a contarse todo sobre sus vidas y proyectos".

Con respecto a colaboraciones autorales, Piazzolla musicalizó milongas de Jorge Luis Borges, interpretadas por Edmundo Rivero, con recitados de Luis Medina Castro, que integraron el disco "El Tango", eternizaron la milonga "Jacinto Chiclana", que a pesar del logrado resultado artístico, el encuentro de dos grandes no dejó buenos recuerdos personales: Astor llamó: "sordo" a Borges y el escritor lo rebautizó: "pianola". Con el letrista uruguayo, Horacio Ferrer, lograron una química única, compusieron la operita "María de Buenos Aires" y clásicos como: "Chiquilín de Bachín", "Balada para mi muerte", "La bicicleta blanca" y "Preludio para el aňo 3001", entre otros éxitos. Si la canción "Mi noche triste", interpretada por Carlos Gardel marcó el inicio del tango canción, 50 años después "Balada para un loco", la canción emblemática de la copiosa producción del binomio Piazzolla - Ferrer, fue motivo de una nueva polémica, pero a su vez sirvió para reinventar el género, con una popularidad inédita. Estrenada en competencia, en la sección Tango, del Primer Festival Iberoamericano de la Canción y la Danza, en Buenos Aires, en noviembre de 1969. Con la voz de la segunda mujer de Astor, Amelita Baltar, el tema con audacia musical transmitía el pulso de una época, con pinceladas psicodélicas y fantasía espacial impresas por Ferrer (el hombre recientemente había llegado a la luna, y ellos la echaban a rodar por Callao). En el concurso, en el estadio Luna Park, el auditorio se dividió entre hinchas de la balada y detractores, que tiraron tomates y fruta, ofendidos por la innovación. En la ronda clasificatoria, hubo un confuso cambio de jurados y "Hasta el último tren" (tango de Ahumada y Camillioni) se quedó con el 1° puesto, aunque "Balada para un loco", que quedó relegada a un injusto 2° lugar, se transformó en un suceso formidable. Mauricio Wainrot, director del ballet estable del Teatro Gral. San Martín, estrenó el espectáculo "Las ocho estaciones" (2009), conjugando "Las cuatro estaciones" de Antonio Vivaldi, con supremacía emocional y belleza sonora de "La primavera", con "Las estaciones porteňas" compuestas por Piazzolla, de las que sobresale "Invierno porteňo", también conocida como "Invernal", a la que Eladia Blazquez le adicionó letra (había agregado letra también a "Adiós Nonino"), dándole una fuerza al frío y nostálgico invierno de Baires. "Lo que vendrá", "Tres minutos con la realidad", y la serie del Ángel ("Introducción al ángel", "La muerte del ángel"), constituyen pilares de su extensa obra, que abarca más de 3000 composiciones.

 

PIAZZOLLA AL COLÓN, DIFÍCIL VIDA FAMILIAR

En 1976, había regresado a USA para presentarse en el Carnegie Hall, ante la crema del jazz neoyorkino. Sus biógrafos Simón Collier y María Susana Azzi, aseguran que en ese momento Astor rechazó una gira por tres meses junto a Gerry Mulligan y Stan Getz, por mejores ofertas y oportunidades de contrataciones en Europa. En 1989, la consagración en la escena local se cristalizó cuando actuó en el Teatro Colón, con la orquesta dirigida por Pedro Ignacio Calderón, interpretó su "Concierto para bandoneón", la proyección internacional de su música ya era consagratoria, aunque tras extensas temporadas de vida y trabajo entre Europa y USA, le faltaba validar su talento en Argentina. El archivo familiar, con cintas super ocho, fue rescatado y editado en el documental "Los años del tiburón"(2018), con testimonios de sus hijos Diana y Daniel, frutos de su primer matrimonio con Dedé Wolff, con quien estuvo casado entre 1968 y 1974. Compartió escenario y vida sentimental con Amelita Baltar, a quien Piazzolla pidió sacar de su biografía "Astor", publicada por su hija Diana en 1987. Su última esposa, Laura Escalada, cantante de ópera, locutora y actriz, lleva adelante la Fundación Astor Piazzolla. Sus entreveros con prensa y público, se manifestaron también en su vida íntima, con relaciones difíciles. Estuvo décadas sin hablarse con sus hijos, con Diana se alejó por diferencias políticas y con Daniel por decisiones musicales.

 

LOCO, UNA VIDA DE PELÍCULA

Intervino como compositor de bandas sonoras en películas, conectado por Lalo Schiffrin, con quien compartió noches de conciertos en la bohemia de la noche porteňa. Algunos de sus trabajos para cine: "Quinto año nacional" (1961), "Llueve sobre Santiago" (1975), "Lumiere" (1975), "Armaguedón" (1992), entre muchas otras. Francis Ford Coppola intentó contratarlo para que musicalice "El último tango en París", no llegaron a un acuerdo económico y otro argentino con trayectoria en el jazz, Gato Barbieri, aceptó el desafío. Su composición más difundida, que supera incluso en popularidad a "Adiós Nonino", es "Libertango"que integró la banda musical de "Moonraker" film del agente 007, con Roger Moore (1979), filmada en Brasil (Río y Cataratas), al músico nunca terminó de convencerle la versión que cantó Grace Jones sobre la pista de su canción, pero catapultó a la fama mundial su creación. Con el director argentino que tuvo una relación artística y una profunda amistad, Pino Solanas, hicieron tres películas en colaboración: "Tangos - El exilio de Gardel" (1985), "Sur" (1988) y "El viaje" (1992). El tema final de "Sur", interpretado con conmevedora fuerza actoral por el Polaco Goyeneche: "Vuelvo al sur", surge de una letra del cineasta Fernando Solanas, musicalizada por Piazzolla. De su admiración por Johann Sebastian Bach, con sus tocatas, fugas y sinfonías, se inspiró para crear "Fuga y misterio", cortina televisiva del programa de periodismo político "Tiempo nuevo", conducido por Bernardo Neustad. "Cite", otra de sus piezas con ritmo mid tiempo, tango con cadencia de jazz, fue cortina de "Los Simuladores", la serie de Damián Szifrón, que emitió Telefé en 2000 y 2001, ahora en el catálogo de Netflix.

Un poco enojados con él, sus coterráneos marplatenses cuando compuso "Suite para Punta del Este". El maestro del bandoneón se disculpó, explicando que "la Perla del Atlántico" se había transformado en una urbe moderna, muy diferente a la aldea se pescadores que lo vio nacer, y que la ciudad marítima uruguaya mantenía parte de aquel encanto. "Suite para Punta del Este", integró la banda sonora de "12 monos" (1995), película futurista con Bruce Willis y un joven Brad Pitt. "Quereme así piantao" (1997), fue una película biográfica sobre Astor, dirigida por Eliseo Álvarez, Hugo Arana interpreta al compositor en esta sensible aproximación ficcional. Como cortina de cierre del programa de tv en RSO (Marcos Paz), "El Pasajero de la cultura y el arte", conducido, producido y dirigido por Hugo Canal Bialy, la cortina de cierre fue una versión de "Libertango" de Piazzolla, interpretada por: Santiago Hurtado (teclados), Martín Repetto (saxo) y Mariano Hurtado (batería), el programa se emitió durante tres temporadas entre 2008 y 2009, registrando biografías de artistas.

102 AŇOS: HOMENAJES E INFLUENCIAS

Entre las novedades discográficas del año Piazzolla: el Sexteto de jazz, Escaladrum, liderado por Pipi Piazzolla, nieto del músico, editaron "100", que repasa clásicos de su repertorio, con la"Suite troileana" y el hallazgo de un solo inédito de Astor, "Piazzolla 2021" de Lousise Jallu y "100 aňos" por el Quinteto revolucionario.

Conciertos en Argentina y por streaming
-La Orquesta sinfónica de Bs. As. reproducirá el concierto de Astor Piazzolla en el Teatro Colón en 1993
- Piazzolla plays Piazzolla: Escalandrum, la banda de Pipi Piazzolla, con Elena Roger, Raúl Lavié, Jairo, Chango Spasiuk y Gustavo Bergalli de invitados
- Las cuatro estaciones porteňas/ Suite de Punta del Este, por la Camerata Bariloche, Horacio Lavandera y Néstor Marconi
- Piazzolla antes de Piazzolla: Orquesta Escuela de Tango, con dirección de Víctor Lavallén y con Susana Rinaldi como invitada
- Homenaje en La Maison de Radio France (desde París, la programación de conciertos en vivo para escuchar on line)


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